sábado, 28 de mayo de 2016

Es una pena

Antes de conocer hombre, inocente de mí, pensaba que al follar conseguiría el mismo placer que consigo de mí misma, pero sin hacer nada. Sólo permitiéndome sentir.

Ahora, habiendo follado bastante, no he encontrado aún a un tio que me haya hecho sentir la mitad del placer que me doy yo, sin sentir ningún tipo de pudor o inquietud por alguna variante.

Sí, me han hecho sentir otras sensaciones, me gusta la polla dentro y el bombeo que yo no consigo sola, pero hay otras reacciones que quiero sentir.

He hablado con una amiga y a ella le pasa igual. Ni tocándose ella con la polla del novio o con su mano y éste dejándose guiar, consigue lo mismo.

Además yo creo que en esa situación, ella está bajo la presión de excitarse con él y no es lo mismo que cuando una se toca sola a su aire con sus pensamientos.

También creo que es influyente el hecho de que tanto ella como yo cuando nos masturbamos, pensamos en situaciones de sexo o duro, o vemos porno de ese estilo. Y no es el tipo de sexo que, normalmente, tenemos con nuestras correspondientes parejas.

No digo que una lengua en el sexo no sea lo más delicioso del mundo. Es exquisito.

Claro que nos gustan, nos excitan, nos saben mojar (más o menos bien), follamos con ellos, nos gusta y a veces, nos hacen llegar al orgasmo. Pero… claro, no es lo mismo que estar a solas con nuestros deseos más ardientes y las fantasías más oscuras que nos ponen burras en dos minutos.

A mí también me pasa que me pongo nerviosa, en el sentido de que.. es como..Ahora tenemos un momento a solas, lo tenemos que hacer. Y eso a veces no ayuda a que fluya el deseo por sí solo. En ese momento puede que no esté muy receptiva sexualmente aunque no me dé cuenta del todo. Porque desearle, le deseo.

Y además, que me gustarían más cosas de él. Más tranquilidad, más sensualidad. A veces baja para comérmelo porque quiere hacerme sentir bien, sabe que con eso lo consigue y sabe que, hasta ahora, es la única forma en la que ha encontrado la clave para que me corra. Y no puedo quejarme, porque es un tio al que le preocupa que yo lo haga y que disfrute. Por encima de sus deseos. Quiere hacérmelo pasar bien. Pero que tenga la obsesión de conseguir mi orgasmo, también frena que se disfrute de la misma manera. ¡¡UFF!! ¿quién dijo que el sexo fuese sencillo?

También me ha pasado las últimas veces que no me terminaba de relajar, pensando que si estaba mucho tiempo entre mis piernas pasa muchísima calor y que se cansa. Sé que se cansa y yo necesito paciencia para que me estimulen.

Vamos, que no conseguía relajarme del todo. ¡Un estrés! Oye, que al final conseguía su objetivo y lo disfrutaba a lo máximo, que conste.

Pero, ¿en el sexo una tiene que tener tanto tiempo para pensar en ralladas? ¿No debería de abandonarse y moverse como una perra buscando más y más?
En fin, que este texto empezó por la idea de que lo que yo consigo tocándome, no es lo que siento ni de lejos con ningún hombre. Algunas cosas son, evidentemente mejores, pero mi queja viene de lo que no lo es.

A veces, cuando no consigue un hombre tocarme de la manera que lo tiene que hacer, estoy deseando de que acabe, llegar a mi casa y correrme yo solita, más fácil, rápido o no eso da igual porque yo sé dónde y cómo tocarme, qué pensar para ponerme a 100 en unos minutos, correrme, sentir el máximo placer y luego tranquilizarme y dormir. O limpiarme y seguir con otra cosa.

Es una pena tremenda que haya veces en las que la otra persona no consigue sacarme un orgasmo y luego yo, en 20 minutos un día (como por ejemplo hace un rato) consiga llegar a dos orgasmos increíbles (que hacía tiempo que no sentía) y empapadísima hasta la delicia.
Habrá que seguir experimentando y aprendiendo, pero… Me da a mí que como lo que yo siento conmigo… No lo sentiré con otro.


Mi gozo en un pozo.

3 comentarios:

  1. Bueno cariño se dice se comenta se rumorea que contra más se paje@ uno más distinto se hace el sexo hasta el extremo de cambiar el placer ¿pero quién se resiste hacerse una paja? la cuestión chica es guiarle, cuando por ejemplo empiece acariciandote, coje su mano guialo, donde debe hacer presión o no, si se amorra, lo mismo coje su cabeza guialo, dile donde quieres te pase la lengua, explicaselo, el caso es que muchas veces de eso no se habla, se deja hacer por aquello del descubrir pero....enseñando suele resultar, no te reprimas, enseñalo. Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡Hola!! Muchas gracias, eso haré. A veces tengo que pensar cómo me gusta. Como yo lo hago por instinto, tengo que pararme a pensar... Pues sí, eso de dónde hacer presión es importante. Con lo que me enloquece..bufff.

      ¡Vaya! Cuántas más pajas, más difiere del sexo? Pues...a mí me encanta experimentar con mi cuerpo...jajajaja. Dudo que pare de tocarme. Bueno, habrá que diferenciar ambas cosas. Distintas y exquisitas.

      ¡Un besote!

      Eliminar
  2. Pues eso bonita -:) no te reprimas guialo y disfruta

    ResponderEliminar