miércoles, 8 de noviembre de 2017

Día bien productivo

Del brazo de él, dándome un montón de caprichos. Yendo de un sitio a otro. Para un día que pasamos juntos, ambos queremos aprovecharlo al máximo.

Yo me quiero aprovechar todo lo que pueda y él quiere sentirse como un hombre poderoso que puede gastar lo que sea para tener contenta a su zorra. Así que yo le dejo encantada.

Luego se dice que toda esa ropa nueva ha sido de un plus por productividad y listo.

Desde luego que fui productiva con su polla cuando, al llegar a su casa y después de cocinarme platos de rechupete, me lo comí de postre.

Él se merecía que yo le devolviese todas las atenciones que había puesto en mí por la mañana.

Así que me esmeré toda la tarde, haciéndole realizar el menor esfuerzo posible. Se sentó en su sillón bien ancho y cómodo, mirándome como se mira a alguien que conoces sexualmente bien.

Parecía estar viéndome desnuda aun cuando no me había quitado la ropa. Así que decidí desnudarle yo a él.

Cuándo se separó del sillón para quitarle la ropa íntegramente, me pasaba su brazo por detrás de mi espalda, agarrándome el culo y comiéndome la boca por unos buenos minutos hasta que le separaba de mí, empujándolo de nuevo al sillón para terminar de quitarle la ropa.

Él se reía gustoso.

Desnudo por completo, fui directa, cogiéndosela con ganas, a comerle la polla.

-Chs… desnúdate.

Pero no me paró. Y le mamé unos segundos. Retiré mi boca lo justo para decirle:

-Déjame comerte primero un poco.
-¿Tantas ganas me tienes?

Le miré a los ojos mientras mamaba, para que viera la contestación en mi cara lujuriosa.

Sonrió con superioridad.

-Por ti, te hubieras saltado las compras de esta mañana, lo sé.

Parece mentira, pero todo ese numerito de ataviarme de arriba a abajo era un fetiche suyo. 

Se movió un poco y sentí como me quitaba los botones de la blusa y bajaba sacándome las tetas fuera.

Se me hincó más dentro en la garganta a lo que respondí quejándome, sin sacarla de la boca. Reculando y notando mi baba caer por la barbilla.

-Ya, ya.-Dijo poniéndose otra vez bien.

Suspiró.

Como si le leyera el pensamiento: “Mucho mejor así”.

Le miré, me la saqué de la boca y, con el hilo de saliva que quedaba de su punta hasta mis labios sonreí lasciva. Metí su falo entre mis tetas.

La cara de vicio que se le puso fue mortal.

Ya no me miraba a los ojos. La polla se le empinó un poco más y vi cómo su bestia interior iba a salir en unos segundos, subiéndome encima de él e instándome a follarle.

4 comentarios:

  1. "Yo me quiero aprovechar todo lo que pueda y él quiere sentirse como un hombre poderoso que puede gastar lo que sea para tener contenta a su zorra. Así que yo le dejo encantada."

    como extrañaba tus columnas y frases como ésta!

    besos, princesa

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    1. Muchísimas gracias, Mistress Roxy. Me alegra que le guste.

      Es un gran halago viniendo de usted ;)

      Un besito.

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  2. Guau! que cachondita me has puesto cielo.

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    1. jajajj ¿sí? ¡¡¡Pues me alegro!!! =)

      Me impresiona y me encanta saber que provoco eso, de verdad que sí.

      ;)

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