lunes, 22 de enero de 2018

Nacho, Álex y yo-2

Íbamos en el tren hacia nuestro destino. Nerviosa y mirando sin mirar por la ventana.

Nacho me miraba, tranquilo y sin decir nada.

Le miré y nos quedamos con nuestras miradas entrelazadas durante unos segundos. Le sonreí y él me correspondió.

-¿Estás más tranquila?
-Parece que un poco. Después de dormir me he levantado de otra manera.
-Yo no he dormido a penas. Me puse nervioso jajaja.
-¿En serio?
-De verdad. Me dormí a las 4
-¡Pero si parece que estás fresco como una rosa!
-Es que soy un señor empresario, sé aparentar que estoy bien.
-jjajajajaaja

Casi todo el camino lo pasamos en silencio, salvo alguna conversación fugaz como esta. Yo me quedé dormida medio trayecto, así que se me pasó más rápido aún.

-¿Tú también has dormido?
-Media hora

Cogimos nuestro equipaje y salimos del vagón. Taxi y al hotel. Dejamos nuestras maletas en el armario y me tumbé en la cama.

-Pufff qué sueeeño. ¿A qué hora hemos quedado?
-Le estoy poniendo un whatsapp, me tiene que avisar él.

Él venía a nuestra habitación. Así tendríamos intimidad sin riesgos desde primera hora. Cuando le puso un whatsapp a Nacho de que estaba en camino ya empecé a ponerme nerviosa.

-Jajajajajaja. Por Dios… me voy a tener que poner celoso.
-Ayy no es eso. Es que…
-No te justifiques.

Me mira juguetón y suelta:

-A mí también me pone así de nervioso.

BUAH, cómo me encendió el muy listo. Me fui para él sin remediar comerle la boca con pasión. Ya soltaba ese tipo de cosas con frecuencia para ponerme de los nervios.

Entonces tocó a la puerta y le abrí yo.

Y me encontré a Álex, despeinado y atractivo.

Me quedé de hielo.

-Ho..hola.

Nacho se rió. Álex solo entre dientes y me contestó con un cariñoso buenos días.

Nos acercamos y nos fundimos en un beso tierno. Luego enseguida me cogió con más fuerza y el beso se volvió intenso.

-Mmmmm qué boca, joder.

Le abracé, él me seguía abrazando por la cintura con uno de sus brazos.

Mmmmm olía estupendamente. Ese olor familiar me puso a 100. Y le mordí el cuello justo cuando se estrechaba la mano con Nacho, diciendo ‘¿Qué pasa, tio?’

Me acaricia el pelo:

-¿Estaba ayer así también?
-Jajajaja hace mucho que no te ve.
-Y tú también.

Hubo un silencio, como estaba de espaldas no vi nada, pero creo que Nacho hizo algún gesto, porque Álex soltó una risita.

Me separé de inmediato y miré a Nacho.

Él me sonrió, como el que pone caras cuando no miras y cuando miras hace como que no hacía nada, pero sabes que sí.

-¡¡Oyee!!

Ambos se rieron.

Le hicimos pasar.

Esta vez estar con los dos en la misma habitación era diferente. Por mi parte había tensión, porque sabía que había algo entre ellos y no podía aguantarme de la emoción.

Le cogí la mano a Nacho y lo acerqué a Álex diciendo:

-¿No quieres saludarlo mejor? Tú también hace tiempo que no lo ves.
-jajajaja no tiene ganas ni na…

Nacho sonríe burlón y dice:

-¿Quieres ver cómo lo beso, no?

Antes de responderle vi como su expresión cambiaba, daba unos pasos adelante y, cogiéndolo de la nuca le daba un beso con lengua que me excitó a mí. Él le respondió y yo viéndoles besarse me puse aún más a mil.

Es que no sé cómo describirlo. Es algo que me da muchísimo morbo y encima verlos a ellos dos besándose fue impactantemente excitante.

-Madre miaa…
-mmmm Joder… Ven aquí anda.

Y se volvieron a besar.

Álex seguía abrazándome con la mitad de su cuerpo y con la otra mitad se besaba con Nacho.

Terminaron y se dedicaron unos segundos entre ellos. Sus miradas eran tan cálidas. Madre mía. No pude contener un jadeo.

Estaba petrificada. Ver que ellos dos, tan varoniles y mujeriegos, se besaban con esa conexión y erotismo hizo que los viese aún más atractivos.

Álex me miró y pasó la lengua por los labios, me besó. Y noté a Nacho agarrándome el culo.

-Seguro que ya estás excitada

Gemí entre ellos. No se equivocaba. Notaba cómo mi coño estaba empapado.  Les di un repaso visual a ambos buscando signos de que ellos estuvieran duros ya.

-Nena aquí la que se pone cachonda primero siempre eres tú.

Le quité el chaquetón, se lo di a Nacho. Luego la sudadera, que también se la di. Levanté su camiseta y fui besando, lamiendo, mordisqueando aquí y allá de su pecho. Álex terminó de quitarse la camiseta justo cuando yo me estaba arrodillando para morder su pubis antes de quitarle los pantalones. Entonces escuché a Nacho suspirar.

No quiero descuidarle a él. Así que me separo de Álex nada más desabrocharle el cinturón, miro a Nacho que me mira serio y con una ceja levantada. Cuando se pone así… Hay que prepararse porque se está poniendo cachondísimo. Le miro con expresión de viciosa y me lamo los labios mirándole el paquete.

Gateo hacia él. Él se está quitando ya la correa. Cuando llego hasta él, ansiosa de lamer, no me deja a mí desvestirle. Me hace un sonido que indica que espere y yo jadeando, veo como se abre bien el pantalón para que se la saque.

Él está caliente pero sé de buena mano que aún la puede tener más dura así que se la como con ganas. Nacho me agarra la cabeza y sigue mi ritmo.

Le meto las manos por debajo del pantalón para bajárselo y poder agarrarle bien el culo.

Su respiración y gemidos graves me encantan. No sé por qué no le noto como siempre, hay como una tensión distinta. Le miro con su polla metida toda en mi boca. Y él abre los ojos al notar que no sigo mamando.

-Sigue, niña.

Mamo despacito, pasando mi lengua a conciencia mientras le miro.

-Bufff ya basta. Ya le has dado mucho placer a él estos días. Encárgate de mí.

Su voz me pone la piel de gallina. Me agarra de los pelos y me quita de Nacho para ponerme frente a él, a la altura de sus pantalones.

Recupero el aliento y le miro. Tiene esa expresión en su cara tan chula. Pero ante mi expresión de fulana, se muerde el labio. Se señala con las palmas de las manos hacia sus pantalones.

Yo le sigo mirando a los ojos y comienzo a acariciarle desde donde llegan mis manos, recorriendo su cuerpo y hasta llegar a los vaqueros. Sigue como le dejé: con el cinturón desabrochado pero nada más.  Veo claramente cómo tiene la polla dura y la toco con mis manos.

-Ufffff ah…

Me muerdo el labio inferior. ¡¡¡Ya la quiero dentro!!!

Le dejo desnudo y me tomo unos segundos para saludar su polla con mis ojos. Madre mía, como me gusta esa polla. Tan grande y tan apetitosa. Lamo la punta despacio, porque su humedad me hace ser mala y dejar que me desee un rato más.

Antes de que vaya a decirme algo, le agarro la polla fuerte con una mano y me pongo a trabajarle con mi lengua la punta de su falo. Poco después ya me la estoy comiendo entera con muchas ganas.  

-Eso es… arggg me encanta. UFf como tú no me la consigue comer nadie…

Y de repente se corrige:

-Nadie que sea mujer.

Entonces eso me hace reír. Me la saco y reímos los 3.

Miro hacia atrás y me veo a Nacho, totalmente desnudo y sentado en uno de los sillones de la habitación: masturbándose.

Jadeo y gimo al verle así.

-Ya ya… No tienes que corregirte. A mí también me encanta cómo me la come ella por encima de todas las personas. 

Le dedica a Álex una mirada burlona y le miro yo también.

-Pues yo no sabría elegir. Por eso me quedo con las dos.

Dije para calmar el ambiente. ¡Estaba tan nerviosa!

Álex bajó la mirada a mis ojos y ambos se rieron.

-No hay malos rollos entre nosotros, tranquiiila. Te veo tan nerviosa… ufff me encanta.

Se la lamo para que no se baje. Miro a Nacho, me pone mucho ver cómo se toca. Y saber que la escena le gusta, más aún. Sin darme cuenta empiezo a moverme para llegar a él cuando Álex me coge y me coloca de nuevo frente a su polla:

-Aquí es donde tienes que seguir mamando, zorra.

Me la comí sin rechistar.

Mientras lo hacía pensé en sus palabras. Un momento, un momento… ¡¡¿Entonces se la han comido mutuamente???!!! AI por favorrr… Empecé a mover las caderas y a respirar un poco mal.

Moví una de mis manos para tocarme.

-No te toques.

Me quejé.

-Estaba tardando mucho.
-Mmmm tú sigue comiéndomela.

Me despego de él un poco:

-Nacho.. los… los condones.

Álex me mete la punta en la boca para que siga.

Oigo que se levanta Nacho y me pasa la punta de su pie por mi coño. Me sobre salta y me hace gemir.

Paro. Me levanto y me quito los pantalones.

-No puedo más.

Álex me quita la camisa, desesperado, y luego me levanta el sujetador dejando fuera mis pechos. Con ansia me los coge y los amasa como quiere. Ahora dejaban en claro que se estaban reprimiendo.

Me daba coraje que no me quitasen bien el sujetador. LE dije que se esperase, pero él me decía que callara. Fue Nacho, al ponerse a mis espaldas, el que me lo terminó de quitar.

-Ahora puedes disfrutar, niña.
-Mmmm gracias… Bésame, Nacho.

Le cogí la cabeza echando mi brazo hacia atrás para atraerme a mi cuello. Él me lo empezó a lamer. Sentir la lengua caliente de un hombre sobre la piel es, ¡tan placentero!

Sus manos cogían mis caderas y las acariciaban arriba y abajo. Álex me comía las tetas y yo intentaba poner alguna de sus piernas entre las mías para buscar el roce. Pero no podía ser, al agacharse a comérmelas se alejaba un pelin con el cuerpo.

Entonces empecé a mover mis caderas pegando el culo a la polla de Nacho. Bajando y subiendo para notarla en la raja de mi culo. Inclinándome también ligeramente hacia delante para rozarlo con el coño.

En una de esas, Álex se incorporó y justo Nacho me apretaba contra él.

Gemí y me seguí moviendo contra él, arriba y abajo, mirando a Álex. Le cogí la polla con una mano.

-Fóllame

Me comió la boca tras mirarme con esa sonrisa lasciva que tanto me gusta ver. Y bajó su mano hasta mis bragas. Apretó mi coño comprobando, por encima de la tela, lo húmeda que estaba.

Me tocaba, movía sus dedos, presionaba, los volvía a mover, incluso los metió en mi coño lo que le dejaba la tela. Yo gemía, ronroneaba, gemía más fuerte, más largo, más corto, oh Dios… Necesitaba polla. ¡Y tenía dos a elegir!

-Madre mía tienes esto encharcado.
-Huele un montón. Me encanta, qué ganas de comerle el coño de zorra que tiene.
-Pero es increíble, ¿eh? Escucha, Nacho.

Mete los dedos en mi coño directamente, pasándolos por detrás de las bragas. Gimo aún más fuerte y los tres escuchamos como mi coño chapotea.

Me pego a su boca y le vuelvo a decir que me folle.

Nacho me insta a abrir las piernas a la vez que me baja las bragas. Pega la punta de su polla a mi coño, me inclino instintivamente. Pasa su punta por la entrada de mi coño y me hace jadear de ganas.

-Si no te la follas, me la follo yo.
-Ni de coña.

Álex hace que de un paso hacia delante y luego con fuerza controlada empuja a Nacho al sillón. Me da la vuelta y me baja las bragas hasta quitármelas del todo.  Me acerca para que me apoye en los brazos del sillón, me pone el culo en pompa y me da un azote.

-Hoy estreno yo tu coño.

Me hace esperar unos segundos mientras se pone el preservativo. Y yo, ansiosa le digo que se dé prisa.

Abro más mis piernas y arqueo mi espalda para ser lo más sexy del mundo.

Nacho sonríe por la reacción de Álex y por las vistas que tiene.

Noto las manos de Álex en mi culo, lo acaricia. Yo le insulto y le digo que corra.

Me abre bien para meter su polla. La hinca en la entrada de mi coño y la mete despacio.

-oooh…ohh mmm MÁS.
-¿Más?
-¡¡Más adentro!!

Sigue entrando despacio. Me abre con cautela mientras yo gimo y jadeo deseando que me dé fuerte. Él también gime mientras entra por mi apretado y lubricado coño.

El último trozo de polla me lo hinca fuerte. Y yo grito.

-¿Pues no lo querías fuerte?

Me empieza a dar con fuerza. Por fin le tengo dentro, joder.

-Oh..siii…siiii o sí, máaas. Mmm siii

Miro a Nacho, que se sigue masturbando, y yo me relamo.

-Pronto la tendrás también, ansiosa.

Le sonrío como una puta, le pongo morritos, y me muerdo el labio inferior.

-Menuda cara que me está poniendo Álex.
-¿Cara de putón?
-Seh, la muy zorra sabe cómo nos gusta.

Me empieza a dar más fuerte y ya no pongo caras, solo de placer. Disfruto de lo que me da.

-¿A que…ya… no pone.. la misma cara..mm uff, mmm?
-jajaja no. Pero sigue como una perra.

Escucharlos hablar de mí de esa manera, más me gustaba. ME gusta ser una guarra entre sus brazos. Ser la puta de los dos. Que me traten con respeto y con codicia al mismo tiempo. Jugar con ellos y tomarlos como me da la gana y que a ellos también le encante. Ellos habían hablado entre ellos, pero yo también tenía pensado dejarlos sin respiración y follármelos hasta dejarlos locos.


Así me corrí en el primer asalto con estos dos hombres fabulosos. 

viernes, 5 de enero de 2018

30 de diciembre

-¿Es una locura si te digo que te escapes un rato hoy a mi casa?
-Me gusta esa locura
-¿Entonces puedes?
-Sí que puedo.
-He dicho que me sentía empachado por estos días y que me venía a descansar a casa… Estaremos solos hasta mañana.
-Mmmm mentirosillo
-Te doy la dirección
-Llegaré sobre las 7 de la tarde
-Perfecto

Me encantó saber de ti, escaparnos de los compromisos familiares fugazmente para compartir carne y placer.

Por fin iba a ver tu casa. O tu pedazo de casa, más bien.

Impresionante lo que te has montado. Me puso más cachonda verte como un hombre poderoso que derrocha para mantener las instalaciones en perfecto estado.  Intuir las cifras de tu cuenta bancaria y envidiar tener una piscina interior dispuesta todos los días del año.

No es una casa demasiado grande, pero lo suficientemente coqueta como para tener algún capricho como ese.

Y cuartos secretos, ¡con lo que me gustan los cuartos secretos! Como en las películas. Jejeje.

Dejó la puerta del garaje abierta y yo entré por allí disimuladamente. Cerré y fui por la parte de atrás. Entré por el porche, cerró y enseguida me comió la boca.

-Mmmm

Nos miramos y le dije que qué pasión.

-Hacía mucho que no nos veíamos

Le sonreí descarada y le empecé a quitar los botones de su camisa. Hasta terminar. Le miré su cuerpo trabajado. Me gusta porque está en forma sin ser un musculoso exagerado. Su torso marcado y durito. Las marcas de las caderas que me pone tan tontorrona, ufff… Le comía con la mirada mientras le acariciaba.

-¿Te traigo un cubo para las babas?

Le miro y veo su cara de seguridad.

-Dime, dime lo que piensas
-Se desaprovecharían, ¿no estarían mejor en tu polla?
-jajajaja

Me abraza, pasa una de sus manos por mi nuca y me vuelve a besar. Llevándome hacia una pared para dejarme bien sujeta.

-Ufff, tu cuerpo es tan precioso. Estas curvas perfectas me enloquecen. –me decía mientras pasaba sus manos por todo mi cuerpo.

Yo gemía y jadeaba.

-No encuentro en otra mujer un cuerpo como este. –pasaba sus manos por mis caderas. Bajando a los muslos, para pasarlos a mi culo y cogerme fuerte. Apretándome contra él.
-Haz eso… otra vezmm..

Volvió a agarrarme el culo con ganas, pero esta vez, hizo coincidir mi coño con su polla y me apretó contra él a la vez que se apretaba contra mí.

Madre mía… Sí que estaba duro ya.

-¿Ya estás así?

Saqué un tono burlón

Me cogió de la cara (tapando a su vez el cuello) con firmeza, me sorprendió pero en sus ojos furiosos vi tanto fuego que me excité más todavía. Jadeé.

-Mira, niña, tú también estás pero que muy cachonda. ¿O acaso puedes aguantarte más que yo?
-Hagamos la prueba

Sabía de sobra que no, pero me encantaba verle mosqueado. Se retira de mí. Termina de quitarse la camisa. La coloca en la percha de la entrada y me mira. Empieza a tocarse el pelo, acariciarse el cuello, el torso, baja sus manos hasta su pubis y mete las manos por debajo de los vaqueros. Se muerde los labios y me mira.

Me tiene loca.

Me doy cuenta que tengo las piernas dormidas, llenas de hormigas por la excitación.

Me mira con intensidad y esta vez se lame los labios despacito. Inevitablemente bajo mi mirada a ellos y sigo respirando entrecortada. Él lleva sus manos a desabrocharse el cinturón, si no, no podrá seguir deslizando sus manos por dentro.

Mis ojos ya están en su paquete, deseando verle la polla dura, morena, palpitante,… Tengo la boca abierta respirando cada vez más desacompasada. Trago saliva e intento calmarme en vano.
Se quita el botón y baja la cremallera.

Me voy escurriendo por la pared hasta quedar de rodillas en el suelo. No siento mi coño, es como si estuviera dormido al igual que mis piernas. Me arrastro hasta él.  En ese momento se la saca. Uffffff madre mía, qué rica. Mi boca se acercó cuando dio un paso atrás y me dijo que no.

Le miré haciendo ruiditos de queja y súplica.

-¿No decías que podías más que yo?

Gateo a él y se la cojo con la mano derecha. Lamo desde la base hasta la punta sin dejar de mirarle. Él, con cara satisfecha, no me detiene más.

-Sabes que no puedo resistirme a ti.

Rodeo su glande con mi lengua y acto seguido me la como, mamando y succionando con tranquilidad. Saboreando despacio todo su sexo. Riquísimo.

Le bajo el pantalón por completo.

Gimo de placer y oigo su respiración honda.

-Mírame.

Le miro y me acaricia la cabeza.

Se deshace de la ropa, la recoge del suelo y la cuelga. Me encanta que sea tan ordenado.

Me tiende su mano para levantarme, pero no puedo y nos reímos los dos. Se agacha y me toca por encima de los pantalones: las piernas, para despertármelas y luego el coño, me hace gemir. Y lejos de levantarme, me siento en el suelo, flexionando las rodillas y abriendo las piernas.

-Vamos a coger frío en el suelo.
-No puedo levantarme…

Vuelve a levantarse y presiona mi sexo con su zapato.

Estoy tan caliente que me da igual con qué me presione, me gusta. Pero quiero otra cosa.

Me ayuda a levantarme y me lleva al sofá.

Me azota y le digo que no siento nada. Me quita los pantalones, me insta a abrir las piernas y entonces me baja las bragas.

Le escuche hiperventilar y miré a mis bragas, salía un hilo de flujo que me unía a mi ropa interior.

-¿Ya estás así?

Me devolvió su comentario con sorna.

-Que quieres después de comerme la perfección de polla que tienes

Me dio un bocado en el culo.

-Eso no vale

Me separó el culo para comérmelo. Me encanta, pero yo quería que me tocase mi sexo, que le diera caña. Y mientras gemía, me quejaba también. Él seguía con mi culo, metiéndome la lengua y agarrándome fuerte de las nalgas.

-Por favooooooooooooooooor
-JAJAJAJA

Me arrodillé en el sofá, cara al respaldar, levantando mi culo, curvando la espalda y abriendo las piernas.

-Menuda vista que tengo delante

Su voz, cada vez más ronca me decía que estaba al límite.

-Joder, me estás manchando el sofá.

Le miro deseosa y vulnerable.

Me mira con picardía y siento sus manos en mis caderas. Me roza el culo con su sexo, alrededor de él, por todo de arriba abajo.

Sigo quejándome  y miro a la pared. Entonces me mete la mano, POR FIN, entre mis piernas y se asombra de cómo me tiene.

Me mete dedos, me masturba y yo… Como comprenderéis, me volví loca. Moviendo las caderas y jadeando por tener polla.

-Vamos allá… Aunque no te lo creas estoy deseando de estar dentro de tu chochito.

Sus manos abriéndome los labios, su voz instándome a ponerme más ofrecida y entonces notar ese trozo de carne tan delicioso. Esto sí que me gusta comer en Navidad. Me lo fui tragando enterito hasta acabar.

Grité tan alto que yo me avergoncé de mi propio chillido.

-Tss contrólate, que pueden oírte.
-Per..perdón.

Se rió entre dientes.

-No te avergüences, ha sido sin querer.

Dijo y, teniendo su polla toda metida en mi interior, empujó más.

-argg tan goorda…

Volvió a empujar, sin sacarla nada. Me daba al fondo del todo, llegaba a dolerme. Pero no quería quejarme.

Entonces recordé que había dicho “chochito”. Suena ridículo, pero en esa situación tan deseada que lo llame como quiera.

Se movía despacio, ahora sí la sacaba aunque fuera poco y la volvía a meter, y hacia círculos con sus caderas, despacio, haciéndome notar estirada y completa.

Miré adelante y vi, en uno de los muebles de su salón fotos. Algunas con su mujer, sonriendo dulcemente, otras con sus padres, fotos normales. Envistiéndome otra vez hasta lo más hondo, ahogué un grito.

-ssshhh
-Lo he ahogado
-Bien hecho. Voy a embestirte de nuevo.
-¿te gusta más mi coño que cualquier otro?

Se acercó a mi oído

-Sí, te lo he dicho muchas veces
-¿Por qué?
-Tu chochito es bien calentito, apretado, muy suave. Te la meto entera y te vuelves loca. Está toda rodeada de una sensación ardiente que me aprieta.

Mientras me dice esas cosas comienza a coger ritmo en su movimiento, sacando y metiendo con más recorrido que antes.

Gimo con cada uno de sus movimientos, respiro cuando la saca, gimo cuando la mete. Sube el ritmo y mi voz sube su volumen. Para durante el tiempo suficiente para decirme que muerda un cojín, me lo pasa y él sigue follándome.

Con él me corro siempre.

-¿te queda mucho para llegar?

Le digo que no con la cabeza. Sube la intensidad y en el mismo momento que empiezo a correrme se me salta una lágrima. Qué potencia de polvo.

Hacía tanto que no le disfrutaba. Será que ando sensible estas semanas, sintiendo mi piel al 100%. Para el movimiento, presionando contra mí y me susurra que le avise cuando haya terminado de correrme.

Al hacerlo, me la saca. Me da la vuelta en el sofá, hace que me siente y el cojín se sustituye por su falo.

-Chupa, te voy a llenar la boca.

Deliciosa leche. Tan cremosa. Es de las que más disfruto de verdad. Me gusta la textura y el olor. Algo se escapó resbalando por mi barbilla y mi cara, por juguetear con ella.

Se arrodilla en la alfombra y me abre las piernas

-Mira el sofá.

Miro y estaba manchado de gotas que tenían cierto espesor.

-Perdido de tus jugos
-eso se limpia.

Me besa tranquilamente y me pega a él. Me abraza.

-Qué ganas tenía de pasar el rato contigo.
-Yo más.
-jajajaja. ¿Quieres arriesgarte a dormir conmigo esta noche?
 -No, pero aún queda tarde por delante…
-Te quiero follar el culo, ¿tienes ganas?

Me salió una risa malvada. Fui a hacer algún comentario fuera de lugar sobre quien no le deja entrar en esa zona, pero me callé. Le dije que sí. Que estaba encantada de darle el gusto.

-A saber qué ibas a soltar.
-¿Yo? Con lo buena que soy
-¿Hace cuánto que no te follan el culo?
-Poco, hará cosa de una semana y poco
-¿Quién?
-Qué más da.

Me empuja al sofá para verle la cara.

-Vaya… si te pones a la defensiva es que o bien es alguien medianamente especial o es que las circunstancias en sí han sido distintas. –Me miraba con una curiosidad imparable.

Me caló. No me esperaba que dijese eso.

-¿Conmigo tienes secretos?
-No. Pero tampoco hay que ir contando de todo.
-Dime con quién
-No quiero hablar de otro hombre si estoy contigo.

Bajé la mirada por su cuerpo, acariciando mis muslos y llegando a mi sexo, me relamí mirándole desnudo.

-Déjame aprovecharte.

Me la metí en la boca y él murmuró algo así como que le estaba distrayendo.

-Vamos a mi cama.

Íbamos de la mano mientras me guiaba a su cuarto. De camino vi una puerta diferente, más tarde descubriría que daba a la piscinita interior.

Le cojo el culo y se ríe sincero. Me encanta. Se gira y me sonríe sin complejos. Le abrazo y le beso.

-Me gustas un montón.
-Jajajaja gracias.

Se tumba en la cama y yo me subo a horcajadas sobre él. Veo que está casi duro de nuevo.

Me restriego contra él y suspira a gusto. Nos miramos a los ojos.

-Quiero así un poco, ¿puedo, tito?
-jajajaja, no me digas eso, que luego cuando me hablan mis sobrinos… se me viene tu mirada de guarrilla a la mente.

Me reí y a los pocos minutos me clavé en él.

Fui a mi ritmo. A veces cerré los ojos centrándome en mi movimiento, otras nos mirábamos con suavidad.

-Dime, ¿te gustó que te diera por culo quien quiera que fuese?

Me reí malvada, bajé mi cuerpo para rozarle con mis tetas, le lamí los labios con cara de mala y le susurré: A mí siempre me encanta que me follen el culo.

Lo desbocó.

En un momento me tuvo enculada y gritando. No me resistí lo más mínimo, ni le dije que fuera despacio para abrirlo. Lo tenía bien suave de los días de sexo con Nacho y Álex, que no hacía apenas nada. Evidentemente se dio cuenta.

-Sí que lo tienes entrenado. ¿Me lo explicas?
-Mejor no pararse en preliminares y disfrutar de un culo receptivo, ¿no?-le dije entre gemidos y jadeos.

Me azota y dice: Desde luego.

Sigue dándome y yo gozo como no es normal. Tanto que me corro del gusto. Sí que estoy receptiva, sí…

Noto que la saca y reaccioné enseguida:

-¡No! –empujé mi culo contra él.
-¡¡Córrete dentro!! No me dejes así… Dentro, leche…arf arf
-mmmmmmmmm no sé, no sé,…
-¿No te apetece?-lo dije con una voz demasiado triste y desesperada.
-Claro que quiero, nena. Pero verte así me pone.

Se movió despacio hasta entrar entero.

-ummmm oooh siii, máaas.

Me lo folló a  un ritmo moderado. Entonces empecé a notar cómo le palpitaba dentro de mí, cerré los ojos y me centré en sentir cómo iba escupiendo en mi interior. Su gemido gutural me encantó. La sacó un poco para menearla dentro de mí. Sacudiéndose y recuperando la respiración.

Fui al baño a limpiarme. Cuando volví, vi mi ropa en una de las sillas. Me quité lo que quedaba en mi cuerpo y lo dejé allí también. Él, tumbado en su cama, abría las sábanas para mí.

Tumbados los dos, pegados y mirándonos con picardía. Se acerca a besarme y se me pone la piel de gallina. En esos momentos sentía mis labios húmedos por los suyos, mi piel calentita por estar en contacto con la suya y mi culo. Mi culo raro y palpitando. Como si siguiera abierto aún.

Su mano acariciando mi espalda, sus ojos hablando con los míos.

Dios… Este hombre me encanta.

Nos volvimos a besar, esta vez yo me acerqué a sus labios.

Nos quedamos abrazados sin hablar. Entonces se escuchó un reloj dando las 12.

-Está bien follarse un culo que se abre nada más acercarse a él. Pero también me gusta cuando tengo que abrírtelo poco a poco. Ver que te incomoda y  cómo vas acoplándote a mí, uffff. Avísame cuando vuelvas a tenerlo cerradito.

Me hizo reír. Es tan sincero.

-Si lo tienes así es que hace poco que te follaron, ¿no?
-Sí, hay rachas de sequía y otras que no paro.
-jajajajj
-Vamos… te ha encantado sentir cómo te engullía, ¿A que sí?

Le dije mientras mi tono de voz iba acentuándose, volviéndose sucio. Mientras me ponía encima de él y jugueteaba conmigo misma.

-Seh. Pero ahora tengo ganas de partírtelo y ser yo el primero.

Nos reímos los dos.

-Eres un caprichoso.

Nos besamos, caricias y miradas durante largo rato.

Ya abajo, me enseñó la piscina y, después de asombrarme y morirme de envidia le dije que ese verano me había propuesto follar bajo el agua pero sin éxito. A lo que me contestó bien lascivo con proposiciones muuuuy indecentes.

Me acercó en coche a mi barriada.

-Gracias por llamarme.
-A ti por hacer estas locuras.
-Me encanta haber acabado el año acostándome contigo.
-¿Sabes qué fantaseé el año que te conocí?
-Uyyy ¡¡¡¡qué curiosidad!!! ¿El qué?
-¿Te acuerdas que nos conocimos en noviembre a finales?
-Sí.
-¿Y te acuerdas que follamos en diciembre en las Navidades?
-Ostras… Ahora que lo dices... Sí. Jajaja. ¡No lo había pensado!
-Pues ese año fantaseé pasar contigo la entrada del año nuevo. Por cada campanada: una embestida.

Me miró fijamente, serio, luego sonrió cabrón.

-Guau.
-Mañana cuando te estés comiendo las uvas, dedícame algún pensamiento.


Le acaricié la cara, el cuello, la boca y le besé. Nos miramos  y nos volvimos a besar. Me dio las buenas noches y bajé de su coche.