miércoles, 20 de febrero de 2019

Contra la pared

Pegada contra la pared, sintiendo su polla dura contra mi vientre. Aprieta más contra mí y me hace jadear. Baja hasta mi boca y nos comemos apresuradamente. Luego sigue lamiendo mi cuello. Esa sensación de humedad caliente que sale de su boca me provoca escalofríos en mi coño y gimo. Abro mis piernas dejándole acceso para que su mano baje y descubra lo dispuesta que estoy ya.
Vuelvo a gemir y le busco con la mirada. Le digo sin palabras que quiero su polla. Él contesta con una sonrisa juguetón y vuelve a mi cuello para morderlo a la vez que me coge el culo y me aprieta contra él intermitentemente, embistiéndome y frotándose contra mí volviéndome más loca de deseo.  

Le empujé un poquito para buscar su boca y él se dejó. Mis manos buscaron apresuradamente su polla. La saqué, se la agarré y me la acerqué.

-jajaja espera.. espeeera, zorrita, tranquiila.

Su voz era juguetona y de terciopelo.

Se quitó los pantalones y a mí se me aflojaron las piernas cuando él se separó de mi cuerpo para hacerlo.

-eehh ¡cuidado!
- Mmmm…

Sus manos ya me agarraban los muslos abriéndome y cogiéndome en peso.  Zorreándome sin llegar a meterla.

-Por favooooor

Se rió entre dientes.

He de admitir que ese juego suyo me hizo disfrutar como una loca cuando por fin le note entrando en mí y abriéndome a buen ritmo.

Y luego cada vez más rápido. Se ve que él también iba perdiendo los papeles. Normal habiéndome puesto el coño tan calentito y deslizable, no se podía resistir a darme con todas sus ganas.

Se corrió mordiéndome el cuello para ahogar su gutural gemido mientras yo no me callaba el mío.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Traviesa en el aparcamiento

Me compré unas medias que suben hasta las ingles sin tapar del todo y las estrené un día, hace poco, en el que quedé con un chaval. No pensaba tener sexo con él, pero sí provocarnos mucho.


Así que aunque hacía bastante frío, tras preguntarle por los planes, decidí ponerme esas medias, bragas y una falda que me queda por encima de las rodillas.


Me llevó al cine (a ver Aquaman, que ya de por sí el actor es bien potente) y vimos bien la peli, pero no estuvo falta de toqueteos en la oscuridad. Luego a merendar. Hablamos, miradas picantes, palabras de deseos, risas,caricias, mordedura de labios.. Una tarde normal, pero divertida.


Estaba claro que nos volveríamos a ver. Ya lo llevo viendo varias veces.


Pedimos la cuenta para pagar y volver a casa. Al levantarnos me cogió de la cintura y me pegó a él para darme un beso en la mejilla y susurrarme al oído cómo me estaba desvistiendo en su mente y la manera de empezar a provocar mi cuerpo con sus dientes, lengua y labios…. Ufff me excitó.


A eso que nos dan la cuenta, pagamos y salimos del local. Le pedí un momento para ir al baño y allí lo que hice fue recrearme en sus palabras, bajarme las bragas y tocarme el coño para ponerlo más chorreandito. Es verdad que estaba un poco excitada por sus palabras, pero no tanto como me lo puse yo. Salí, me lavé las manos y volví con él.


Había dejado su coche en el aparcamiento y se ofreció a llevarme a casa (esperaba que lo hiciera). Iba guapísimo. Y verlo conducir es una delicia, concentrado en la carretera, perdido en sus pensamientos… Eso hoy iba a cambiar.


Sabía de sobra que no teníamos tiempo de más. Y aprovechando que la puerta del copiloto está un poco estropeada y tiene que abrirla de un modo en concreto porque si no, no abre…
Me abrió la puerta, le di las gracias y antes de que se fuera, le dije:


-No te vayas, espera.


Se para, me mira y me pregunta qué pasa.  Yo miro alrededor, no había nadie así que me di la vuelta, me levanté la falda poniéndome un poquito en pompa para que viera lo mojado que tenía el coño.


Vi su cara cambiar en medio segundo. Yo me bajé la falda sonriéndole. Me giré para meterme en el coche y le escuché resoplar a la vez que me cogió del brazo.  Luego pasó su brazo por mi cintura para girarme cara a él y besarme con tanta pasión que me hizo mojar más. Me agarró el culo fuerte apretándome contra él. La otra mano en mi nuca.


-Te vas a enterar.

Me hizo reír con ese tono entre enfadado y frustrado por no poder irnos a la cama.


Se fue a su asiento y yo también me metí en el coche.


-Ufff… Eres mala.


Pongo morritos.


-Sí tú… ¿Y tus bragas?
-En el bolso
-¿Pero cuándo te las has… ahh? Qué lista. Ya decía yo que tardaste poco.


Respiró hondo, arrancó y nos fuimos.


Su cara no era nada de concentración. Todo el tiempo se mordía los labios, resoplaba o parecía maquinar algo.


Le miré el paquete y se notaba que tenía el pantalón tirante… Madre mía, qué ganas de mamar me entraron.


-Sí, está así por tu culpa. Y yo controlándome…


Le miré y sonreí.


-Le tengo unas ganas…
-Uff tú empeóralo.


Intenté ser buena el resto del camino mirando al frente para no ponerlo más nervioso. Pero ahora fui yo quien me dejé llevar por la fantasía recordando las palabras que me dijo en la cafetería. Y luego el arrebato en el aparcamiento.


Deseaba sus manos abriéndome los muslos y poniéndome a cien.


-Deja de frotarte los muslos.
-jajajaj


Ya íbamos a llegar y no quería irme.


-En cuánto llegues a casa, lávate bien ese coño. Ya te volveré a poner así y entonces… Va a entrar hasta el fondo.


No me esperaba lo que me dijo. Ahí sí que jadeé. Y entonces él se rió.


Paró en un lado con las luces de emergencia.


-Gracias por traerme, avísame cuando estés en casa.

Me dio un beso en la cara. Le puse la boca pero negó.


-No que ya se me está bajando.
-jejeje aah bueno.
-Ven aquí…


Me acerqué y me susurró en la oreja:


-Cuando te folle voy a hundírtela sin parar. Empujando dentro de ese coño fuerte dándote pollazos. Voy a sacar de ti gritos de perra bien fuerte. Recuérdalo.


Me dejó K.O. Más cachonda me puso.


Me miró satisfecho. ¡Vaya venganza! Hizo un gesto con la cabeza, estaba interrumpiendo el tráfico así que bajé enseguida. Y antes de cerrar la puerta oí: Lávate ese coño ya.


Todavía no hemos podido vernos, pero espero que este fin de semana me empotre como me está prometiendo día a día.