jueves, 23 de abril de 2020

Cabaña en la Montaña II

Cuando me corrí aún sentía mi piel arder. Allá donde él pusiera sus manos, mi piel le sentía con intensidad. Me quedé más tranquila y, sin embargo, esa sensación de feminidad, de Diosa de fuego, no se fue de mí con facilidad. 

Él me miraba con curiosidad, notando mi deseo, acariciando todo mi cuerpo sin prisa y explicándome que lo único que tenía que hacer él ese día era servirme, saciarme, calmarme. Me reí por su expresión y él sonrió con sinceridad. 

Luego acarició su cuerpo hasta tocar su polla, aún dura y me miró. Pero yo aún bajaba mi mirada por su delicioso cuerpo hasta… Su cielo. 

Me relamí. Lo quería otra vez en mí. Fui a lamerle pero me detuvo con elegancia y nos quedamos los dos cara a cara de lado en la cama. Él me agarraba el culo con fuerza, manteniéndome pegada a él. Y la otra mano acariciando mi cabeza.

Su polla dura en mi vientre, por fuera, poniéndome aún más excitada. 

-Mi Diosa… Hoy esto va de tí. 

Me besó lento, separándose, mirándome, otro beso…

Bajó a comerme el coño como él sabe que me gusta. Lamiendo, mordiendo, con ganas e intensidad. 

Era una sensación explosiva de deseo que no se acababa.

La siguiente vez que me penetró sentí su polla necesitada de explotar. Me susurró que podía aguantar, que yo no pensara en eso. Y volvió a atacar mi cuello, y otras zonas bien sensibles que él había ido descubriendo. 

No podía más con ese calor… Esta vez nos movimos como locos enseguida, buscando ese placer compartido. Después de un buen rato bombeándome él se corrió y aprovechando esos momentos, me embistió fuerte y yo me corrí también. 

Fue increíble. Pura magia. 

Como si al dejar las preocupaciones en la ciudad, la naturaleza desatara nuestro lado más salvaje y puro. Sin juicios y sin contención. 

Fluyendo la sexualidad según la sentíamos. 

miércoles, 22 de abril de 2020

Cabaña en la Montaña I

Una cabaña rural en mitad de la naturaleza. Respirando tranquilidad. Siento una enorme conexión con él. Mi piel llama a la suya.


Estoy en el cuarto decidiendo si explicarle la necesidad tan profunda que emana de mis entrañas. Una sensación intensa que me coge totalmente desprevenida. Siento una energía en mi vientre, un calor brutal que se va extendiendo al resto del cuerpo. 


Necesito sus caricias, necesito su contacto. Su mirada tranquila y directa observando mi descontrol y entendiéndolo. 


Noto que el calor es tanto que a mis piernas les cuesta andar. 


Voy a llamarle justo cuando entra en la habitación y me mira sin entender… Él había seguido su intuición. 


-Te prometo que he sentido tu necesidad- Me explicó más tarde. 


Nos entendimos con la mirada. Intenté explicarle con la voz y sólo emití gemidos de necesidad y ruiditos inconexos. 


Se acercó a mí, sonriendo cálidamente, puso su mano en mi cara y sentirle fue… Un alivio tan profundo que no puedo explicarlo. 


-Te necesito. Deseo tu contacto, tus caricias, tus…- mientras, él se quitó la camiseta y bajó despacio a mis labios. 


Su beso… Sensual y ardiente, delicioso. Siempre quiero más y nunca me canso. 


Me desnudó tranquilamente mientras yo jadeaba deseosa. 


Desnudos, recostándonos en la cama, él se ajustaba entre mis piernas. Dispuesto a recorrer mi cuerpo con su mirada ardiente, sus manos y su lengua…


Allí donde me tocaba me ardía la piel. Su lengua lamiendo mi cuello despacio, sus manos recorriendo mis muslos, mis caderas. Sus labios adorando mis pechos junto a sus manos, con maestría. 


Me hace sentir una Diosa. 


Se puso a besarme totalmente pegado a mí, para que yo sintiera su cuerpo caliente, los latidos acelerados de su corazón, sus ganas de mí. 


-Voy a entrar despacio en tí. Y quiero que estés quieta para que tu atención esté en mí. 


Asentí mientras me retorcía debajo de él. Iba a ser difícil. 


Le dije que estaba preparada, él se puso el preservativo con tranquilidad, abrió mis piernas suavemente y me miró. Le dije que no estaba lista y nos reímos, suavemente, los dos. Es muy difícil no moverme, si este hombre entra en mí.  


Esperó sereno, acariciándome las piernas y manteniéndolas abiertas con las suyas (él arrodillado ante mi cuerpo, sosteniendo mis piernas, mirándome expectante). 


Respiré hondo y le dije que ya. 


Ufff…. Mantenerme quieta y sentir su polla entrar en mí me hizo gozar mucho el tacto. Gemí. Él entró hasta el fondo y yo le miré suplicante.


Él me acarició la cara y me besó. 


-Shhh… Un poquito más…


Bajó su mano por mi brazo, por mi costado, cadera… Llegó a mi culo y fue él quien se movió. Gemí y traté de seguir pero él me sonrió. 


-Shh… Despacio… Así…


Se volvió a mover, y poco a poco me adapté a su ritmo sensual. Su vaivén pegado a mí me hacía enloquecer de placer. 


-No pares, por favor…


Me sonrió e intensificó el movimiento para llegar más adentro de mí y ahí balanceó sus caderas haciéndome sentir más, haciendo gozar mi cuerpo y estallar de calor. 


-Tranquila…


Ahí terminé de enloquecer y moví mis caderas buscando aún más fricción. 


Él jadeó y me besó apasionadamente. Su mirada era TAN jodidamente intensa que también quemaba. 


Gemí de tal forma que desatamos sin control nuestro instinto el uno con el otro hasta que conseguimos saciarnos mutuamente.

lunes, 20 de abril de 2020

¡Muchísima energía para estos momentos!

Hola, ¿Cómo estáis? 

Desde luego la situación mundial ahora mismo es increíble. 

Espero que todos estéis bien, lo mejor posible. Si sois o tenéis familiares que trabajan en los sectores de primera necesidad: ¡¡¡GRACIAS!!! Y de la misma manera MUCHÍSIMO ÁNIMO, FUERZA Y ENERGÍA. 

Vamos a salir de esta reforzados. Y poco a poco se va a solucionar, lo vamos a ir viendo juntos. 

Ante esta situación dicen que es importante mantener el cariño propio y hacia los demás; Y la creatividad. 

¡¡¡Os mando mucha energía y muchísimo cariño a tod@s!!! 



Daphne.