Me
despierto a eso de las 8. Cojo el móvil, quiero ver si tengo su contestación en
el correo y la tengo.
Leo
de lado en la cama y conforme lo hago, me voy llevando varias sorpresas con sus
palabras.
Joder,
no es justo… él tiene experiencia. Cuenta con ventaja.
Me
voy imaginando lo que me cuenta.
Es
curioso como las palabras transmiten, según su escritura, más fuerza o menos. Y
cómo el cerebro actúa ante ellas.
Cuando
me di cuenta tenía las piernas abiertas, debajo de las sábanas. Y estaba
releyendo el correo algunas veces más.
Suspiré
e imaginé qué pasaba.
Dejé
el móvil, me levanté el vestido y metí mano bajo las bragas.
Exacto,
estaba húmeda. Pero bastante húmeda.
Me
había puesto cachonda.
Así
que tuve que atenderme. Y diré que tuve un gran orgasmo. De esos intensos que
no se consiguen todos los días.
Las palabras bien dichas tienen mucho poder llegan a tocarte literalmente y provocar reacciones en el cuerpo. Ese orgasmo tuvo un destinatario que de seguro sonríe complácido al leerte.
ResponderEliminarBesos allí donde te gustan.
Vaya que si tienen poder... Más cuando quien las usa sabe lo que se hace.
EliminarGracias
Pues mira si, unas palabras bien escritas dan mucho juego, tanto que hasta uno se pajea imaginando ...lo que vendrá bss cariño salgo de finde -:)
ResponderEliminarYo también estuve todo el finde sin abrir el ordenador..¡hay que aprovechar el tiempo!
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