Me lo
encuentro en un vagón, autobús, consulta del médico... Me da un vuelco el
corazón pero consigo mantener la compostura, le sonrío chulescamente y vuelves
a la pantalla de mi móvil. Realmente estaba leyendo a alguien interesante.
Termino el correo, él me sigue observando, lo siento. Ve mi concentración y mis
reacciones ante la lectura que él desconoce.
Él ha seguido con su vida sin mirar atrás, yo aparento que he hecho lo mismo. Pero es mentira. Dejó una espina clavada que no se irá jamás aunque siga con mi vida. No le olvidaré, ansío que se ponga en contacto conmigo aunque sea un par de días para volver a desaparecer. Le sigo deseando infinitamente hasta la desesperación.
Necesito
suspirar, patalear, gritar, pero sigo como si nada.
Tranquila. Eso es. Haz como si ya no te importase nada. Actúa
como él no se espera. Aguanta un poco más, ya casi se va. Sigue
representando que se ha vuelto insignificante, que no se dé cuenta de que te
sigue afectando de la misma manera.
No eres buena actriz :)
ResponderEliminarEn algunos momentos sí que lo soy. Y este fue uno de esos ;)
ResponderEliminar