Llevaba unos días saliendo con una
gente de ese tipo que sabes que no tienen futuro seguir en contacto. Pero que,
bueno, se cruzan en tu vida y hacen el apaño en esos momentos concretos. Resulta que estaba saliendo con
una compañera del trabajo, cuyo grupo de amigos cercanos consiste en dos
parejas, y otra mujer más.
Una de las parejas está compuesto
por un hombre bien cuidado, atlético y buenorro, con ojos verde oscuro y pelo
negro. Guapísimo. Cómo me pone. Y su novia es de estas típicas tontas que no
entiendes cómo puede salir con ese pedazo de hombre culto y educado. Madre mía.
Qué desperdicio.
La novia es tonta de remate, pero
después de tres veces quedando con ellos me dio la sensación de que el hombre
es de esos que la tienen contenta y luego harán lo que quieran con ella. Me da la
sensación. Para eso es hombre inteligente, jajaja.
Una de las veces que quedé con ellos
fue en la casa de la otra pareja. Era quedar temprano por la tarde y unir con
la cena.
Le pillé mirándome con descaro en
un momento en que su novia estaba absorta en una conversación con otra de las
mujeres. Yo le miré y le pillé, él subió la mirada a los ojos y por unos
segundos se puso nervioso pero entonces le miré sonriendo de forma zorruna y le
di un buen repaso visual a él de arriba abajo y vuelta a sus ojos. Entonces él
se tranquilizó y me devolvió una sonrisa enigmática.
Me encanta cuando los hombres no
se esperan que sea una mujer caliente. Y cuando les demuestro que yo también
siento interés en ellos, sus caras se ponen tan sexys. Sobre todo los hombres
con carácter. Sale esa sonrisa de suficiencia que me dice que en cuanto pueda
me da lo que ambos queremos. Sin dudas.
Estábamos sentándonos en el salón
cuando hablaron de tomar unos cubatas. Yo no soy mucho de beber así que antes
de que me empezaran a preguntar qué quería, decidí hacer yo los de los demás y
así seguían a su rollo.
Fui a la cocina y el hombre me
siguió. Llamémosle Darío.
Dijo de ayudarme a llevarlos.
Mientras echaba los dos primeros
vasos, se apoyó en la encimera a mi lado y me preguntó si tenía buena amistad
con mi compañera de trabajo y le dije que no, que mera convivencia diaria en el
trabajo. Que nos llevábamos bien y me había invitado algunas veces, pero que
nada más allá.
Sonrió.
Me separé de la encimera
indicándole que podía llevar las dos primeras bebidas y le dije:
-Ya
puedes cogerlas
Cogió los vasos y antes de que se
fuera me toqué las tetas y añadí más bajo: Y estas.
Hizo un gesto divertido y de
asombro.
Se fue al salón a llevarlas,
luego se entretuvo allí porque se metió en la conversación. Para cuando vino a
la cocina tenía el resto preparado, él se llevó algunas y yo otras. Y no
hablamos más.
Pasamos un buen rato hablando de
temas variados, para pasar un día sin más. De esos que te apetece salir y no
tienes un plan mejor, pero tampoco considero que sea un grupo del que quiera
participar mucho más en verles.
Como digo la novia de Darío es
muy tonta y caprichosa. Yo soy caprichosa pero no delante de la gente, que ya
soy grande para eso. Lo soy en la intimidad sexual o con alguna amiga íntima
que le muestro mi forma de ser y ambas nos reímos. Pero no así, delante de los
demás diciéndole al novio que quiere X cosa y la quiere esa misma noche, que
por favor vaya a por eso, que le apetece muchísimo.
Era una comida de gurmet que solo
se podía encontrar en no se qué tienda especializada que estaba a tomar viento
de donde estábamos. Él le dijo que vale, que no le importaba, que quería verla
feliz, e hizo algún comentario tipo “ay qué voy a hacer contigo” a modo
cariñoso. Le dio un beso y ella siguió diciéndole que gracias, que es que
necesitaba ese toque especial, blablablá.
A todo esto, sacaron un juego de
mesa que no conocía y de hecho no recuerdo el nombre, pero tenía pinta de muy
aburrido. Y eso que estoy ahora descubriendo muchos juegos interesantes, quizás
era porque no me llamaba la atención jugar con esa gente. La cuestión es que
dije que yo no jugaba, que quería ver una partida desde fuera y no me
insistieron. Entonces, se le ocurrió la maravillosa idea a la chica esta de que
yo fuera con su novio.
-Ayy pues puedes ir tú con Darío,
¿no? Como no te gusta este juego, así él no va solo. ¿No?
Qué voz tan estridente. Se ve que
es de esas personas agobiantes que consigue lo que quiere porque te pone en un
compromiso con sus “ideas”. Solo que me venía de lujo.
Con mi mayor sonrisa educada
dije:
-Claro,
sin problemas. Dame un momento que entre en el baño y salimos.
Buah, me lo pensaba follar.
No sabía si ser sutil o ir a
saco.
Me lavé en el bidé para estar
aseada para él. Por suerte llevo unas semanas en las que siempre tengo una
toalla pequeña en el bolso. Sí, porque he tenido que llevar unos aparatos de
contención en los dientes y para cuando los enjuagaba. No me gusta secarlo con
el papel que haya en cualquier sitio. Y
ya, se ha quedado en mi kit de supervivencia. Y qué bien me vino.
Cogí el abrigo y nos fuimos.
Él llevaba coche, así que más
estupendo aún.
Nos subimos y le pregunté dónde
estaba el sitio. Madre mía, íbamos a tardar casi una hora en ir, entre el
tráfico, la distancia, el tiempo de aparcar,… Qué tía más tonta, ajaja.
Mi cara fue un poema, porque no
llego a estar ahí y ese chaval va igualmente a por el caprichito de su novia.
Se rió y me preguntó qué pensaba. Hice el gesto de cerrarme la boca y dije que
no tenía nada que decir al respecto.
Se rió a carcajadas. Me dijo que
él tenía sus trucos.
Me abrí el abrigo y le miré.
-¿Qué
pasa?
-Tengo
una duda: No sé si ser sutil o ir a saco contigo.
-Jajajaja
¿cómo sería ser sutil?
-Abrir
las piernas acomodándome, suspirar, mirarte a los ojos, sonreír mientras te
miro el resto del cuerpo, preguntar cosas suavemente,…
-Jajaja
lo de mirarme, suspirar y abrir las piernas ya lo has hecho antes.
Me sorprendió.
-¿Antes
cuándo?
-Mientras
estábamos en el salón.
Le miré confundida.
-Te
he pillado varias veces perdida en tus pensamientos tapándote la boca, así que
imagino que estabas mordiéndote al labio. Otras veces te he pillado de lado
viendo claramente que te lo mordías. Otras te he pillado mirándome el paquete.
Qué golfa… Y las que no me habré dado cuenta.
Me quedé sin habla.
-¿Y
te molesta?
-Para
nada.
Sonreí juguetona de nuevo. Él me
miró, al parar en un semáforo, y luego bajó sus ojos a mi escote.
-¿Y
cuál es el método “a saco”?
-jajajaja.
Miré para la carretera pensando
qué hacer y me di cuenta de que se estaba metiendo en una zona apartada. Bien.
Aparcó y me miró mientras echaba
su asiento para atrás.
Le dio al botón del cinturón de
seguridad para que se soltase. Me lo quité y me giré hacia él.
Él se incorporó hacia mí y como
no me lo esperaba me puse nerviosa al punto de jadear. Su colonia me embriagó
entera, joder. Solo le dio a la palanca del asiento para moverme también hacia
atrás.
-Joder.
-Jajajaja,
¿qué te paaasa?
-No
me lo esperaba.
-Vaya,
vaya,… ¿Qué vas a hacer cuando te meta la mano en el coño?
-Compruébalo.
Tenía esa mirada de golfo, de
querer que se le lancen primero y agrandar su ego. Y yo le di ese capricho. Me
acerqué a besarle y él me respondió. Desatándonos por completo a tocarnos,
besarnos y apretar nuestros cuerpos el uno contra el otro.
Me puse sobre él, él ayudó a
subirme el vestido. Busqué con mi coño su paquete y me encajé en él. Estaba
duro y moví mi culo atrás y adelante restregándome contra él.
Me ordenó levantarme y lo hice
sin pensar, mientras él me tocaba el culo me decía que si le manchaba los
pantalones con mi flujo, iba a ser difícil de explicar. Que solo era por eso.
Yo me quitaba el abrigo y luego
apoyándome en su pecho, le volví a besar.
-Quítate
los pantalones entonces, ah..vamos..ah…
Él lo hizo, dejé que se los
bajara lo justo y otra vez me puse a restregarme. Miré y sí que se le notaba
cómo la tenía. Uff encima polla de las que te abren bien por dentro.
La niñata que tenía por novia sí
que era lista, sí.
-Jajajja,
qué cara de odio de repente… Qué estás pensando.
Me mordí el labio y le bajé los
calzoncillos. Ufffff qué pinta más rica.
-Te
la quiero comer…
-Dios
mío… Menuda carita… Pero no puede ser, vamos, estás deseando otra cosa.
Sonreí maliciosa
-Ssí.
-Coge
un condón de mi cartera. Está en el bolsillo derecho.
Palpé
-¿Cómo
una pitillera?
-Eso
es, vamos coño.
Esa premura me excitó a la misma
vez que me cabreó un poco. Abrí el bote y cogí uno.
Justo me toco el coño con fuerza
y gemí. Me frotó apretándome fuerte. Se me cayó la caja al suelo y seguí
gimiendo desbocada.
-Arráncame
las medias, joder.
Me hizo un buen agujero, luego
miró las bragas pensando que le iba a cortar la polla, pero al moverlas hacia
un lado se sorprendió de lo suave y elásticas que eran. Me toqueteó el coño
directamente y luego bajó buscando mi ano. Toqueteó por fuera y le dije que se
pusiera el condón, que no aguantaba más.
Mientras miraba cómo lo ponía, se
me caía la baba de ganas.
Ni dos segundos tardó mi vagina
en succionarle por completo. Me moví volviéndolo loco, sus gestos, sus manos
siguiendo el movimiento de mis caderas, sus jadeos,… Me encantó ver que le
gustaba.
Esa polla en mi culo… Se pone a
la altura de la de Álex. Joder… Me la quiero comer. Y luego que me folle el culo, que me arda.
Pensando esto me moví más rápido
botando encima de Darío. Sentía que me iba a correr pronto y me moví a mi
antojo buscando mi orgasmo.
Bajé mi cuerpo cerca del suyo
mientras seguía moviéndome. Mi boca estaba cerca de su oreja y la suya cerca de
la mía:
-Dime,
so golfa… ¿Te gusta por el culo?
-Ohh..síi,
,mmm, ahh.
Él empezó a mover sus caderas
haciéndome sentir más su polla golpeando al fondo de mí. Intensificó el placer.
-Mmm
no paares, sigue asíii, sigueee…ah! Mm…siguee.
El chapoteo de nuestros sexos se
oía a la perfección. Me corrí en orgasmo buenísimo. Caí encima suya y le rogué
unos segundos.
-Joder,
sí que hacía tiempo que no se corrían las mujeres antes que yo.
-Voy…voy..
arff arff arff.
-Eres
Brutal.
Me hinca su polla moviendo su
cadera hacia mí.
-¡¡AH!!
-Vamos,
coño, muévete.
Le miré con cara de pocos amigos
y él tenía una cara divertida. Se rió el tio y se puso a hacer circulitos con
sus caderas, provocándome más y más.
-Me
encanta sentirla dura ahora…
-jajaja
vamos,..
Me uno a su movimiento de caderas
suave frotando contra él, durante pocos minutos disfruta de ello. Gimo de
gusto. Me encanta. Luego aumento el ritmo y de repente otra hincada de Darío.
-Dale
caña
Volvemos a follar como locos, él
quería su orgasmo y empezó a moverse de una manera impresionante.
Me agarraba de las caderas
apretando contra él.
-Bota,
bota, bota
Se corrió con un “Oooohh” “oooh,
sí, joder” y en el “joder” me dio un azote en el costado que no me gustó. Pero
notar su polla bombeando semen en mi interior me bajó los humos.
-Ufff,
quítate que me limpie
-No,
espérate un momento coño.
-Vale,
valee… qué genio.
-Joder
es que se siente de maravilla
-No
lo dudo, jajajaj.
Me quité de encima y teníamos los
muslos empapados. El roce de sus piernas y las
medias unido con todo lo demás es lo que tiene.
-Te
he puesto perdida las medias.
-Bueno,
luego lo soluciono.
Se limpió los muslos con
pañuelitos que tenía en la puerta del coche. Luego se quitó el condón. Ummmm
qué pinta más rica.
-¿Me
dejas limpiarte?
Se rió entre dientes y me dijo
que no hacía falta.
-A mí
sí me hace falta…-le puse morritos.
No dijo nada más. No quitó la
mirada de su falo mientras se limpiaba.
-Menudo
desperdicio.
-jajajaja
ay Señor… Qué golfa me pones en el camino.
Se recolocó entero y respiró
profundamente.
-Sí
que huele tu coño. Joder, yo también quiero lamer, pero bueno… Ha sido genial.
Entonces entendí: Seguro que era
una forma de ‘honrar’ a su novia. No dejando que se la coma otra o no comiendo
el coño a otras. Como un autoengaño en el que sentirse bien por guardar algo
solo para su pareja. Menuda estupidez.
Me abrí de piernas en el asiento
y le dije dándole mi móvil.
-Toma,
hazme algunas fotos porfa.
Se sorprendió, pero me las hizo
encantado. Cuando estuve conforme, me devolvió el móvil. Pensaba mandársela a
algunos para provocar, jijijiji.
Me dio pañuelos para que me
limpiase y me limpié lo mejor que pude.
Enderezó su sillón y me indicó
dónde andaba la palanca del mío pero me hice la tonta para que se acercara.
Entonces le comí la boca y él me siguió el rollo.
-Hija
de… cómo me he dejado engañar.
Le seguí besando agarrándole el
cuello y apoyada en su pecho, él bajó sus manos por mi espalda. Qué pena que
tuviéramos la palanca de cambio jodiendo el contacto de nuestros cuerpos.
Me separé de él y me reí. Puse
bien mi asiento. Me puse por encima el abrigo.
-Bueno,
¿y dónde se compra eso?
-No
te preocupes, tengo una reserva en el coche. Le dan antojos a menudo y a mí me
sirve para darme una vuelta.
-Jajajaja
y yo soy la golfa…
Camino de vuelta, reconocí el
barrio.
-Ah
coño…
“Mira donde estamos” pensé. Si
era el barrio de Nacho.
-Hueles
a sexo, te lo van a notar.
-Entraré
corriendo al baño.
Llegamos en menos de hora y media. Absolutamente increíble. Y la novia
como loca dándole las gracias. Le dijo que la besara y él, cogiendo un trozo de
queso de la mesa (haciéndose el hambriento), la besó.
Cómete mis babas, tonta. Lo pensé
mientras entraba corriendo simulando que necesitaba usar el cuarto de baño a
toda prisa. Luego, oliendo a jabón salí
con normalidad.
Cogí caña de lomo con un trozo de
pan.
-¡Qué
hambre!
Como me gustó leer tu aventura, Daphne! Y me imagino que despues de deleitarnos con semejante descripcion de tu poder femenino, no me iras a decir que eres sumisa!
ResponderEliminarbesos, como me gustaria conocerte
Jajajaja muchas gracias. Es divertido llevar las riendas muchas veces. Me siento poderosa. Me encanta cuando hacen lo que quiero. Y siempre he pensado que soy demasiado rebelde para ser una sumisa (las admiro mucho). Pero evidentemente la tendencia sumisa la tengo ahí. Me gusta y me pone mucho que me dominen. Y que me follen con decisión, también con ese punto de chulería de usarme como su zorra.
EliminarGracias otra vez, me siento halagada. E igualmente. Pienso que me pondría tan nerviosa de conocerla que no sabría qué decir, jejejeje.
Hay que decir sí que se lo pones fácil eh ;) si hasta con sesión de fotos incluida. Deberíamos hacerlo tú y yo. Usarte como mi zorra está garantizado. Besos donde ya sabes.
ResponderEliminarBueno, él me lo puso fácil a mí y teniendo en cuenta que no lo iba a ver más, había que aprovechar semejante hombre. Y es lo que hice.
ResponderEliminar¿Podría acaso pararse a hacerme fotos sin follarme? Yo prefiero pasar a la acción.
Yo te follo a la vez de hacerte fotos ;)
Eliminarjejejeje vaya, ¡qué habilidoso!
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