domingo, 3 de marzo de 2019

Suavemente

Él sentado y yo bailando las canciones de la radio. Le miraba, sonreía, seguía bailando alocada, despeinándome, sintiendo mi cuerpo y dejándome llevar.

Él se tomaba un zumo de naranja.

Entonces cambio la cadena y suena una canción lenta y yo me muevo con más suavidad. Levantando mi camiseta y bajándola. Luego enseñando los hombros… Él me miraba y sonreía.

Yo me fui excitando por muchas situaciones que habían ido pasando en el día.

Me fui acercando a él, subiéndome la falda. Él se apoyó en el sofá y se rió cálidamente.

Me senté a horcajadas sobre él, llevando mis manos a su paquete. Comprobando. Su mirada se volvió sucia y yo me acerqué a besarle. Él me contestó agarrándome la cara para acercarme más a él y que los besos no cesasen.

-Ufff….

Sus manos bajaron por mi cuerpo acariciándome con ganas. Agarrándome el culo con fuerza.

Gimo.

Le enseño mi cuello, mira travieso. Es que me pone a mil que lo muerda y él lo sabe.

Muevo mis caderas, él muerde mi cuello. Gimo de nuevo y él se ríe. Subo mis manos por su torso, su pecho hasta llegar a su cuello.

-Te deseo.

Sus manos subiendo por mis muslos, dispuesto a bajarme las bragas. Después le quité yo los pantalones y ropa interior.

Bien dura la tenía ya.

Me relamí, se la cogí con la mano y pasé mi lengua por su frenillo, rodeando el capullo con mi lengua para luego mamársela disfrutándolo.  

Ahí sí que gimió él. Le miré a los ojos y su cara de vicio me empapó más.

Me levanté, cogí los condones del mueble del teléfono y se lo pasé.  Tan pronto como se lo puso, yo me quité la camiseta y el sujetador.

-Mmmm eres preciosa.

Se mordió el labio inferior.

Me puse encima. Intentando metérmela directamente. Él se quitaba la camisa y al retirarse del sofá, su polla frotó mi coño y gemí. Él se rió y yo me puse a gemir como una gatita sedienta.

Me agarró el culo ayudándome a acoplarnos. Y yo guié su polla hasta la entrada de mi coño. Yo bajé las caderas y él las subió, enseguida se escurrió dentro de mí.

Ambos gemimos, él cerró sus ojos. Sus manos en mis caderas, calor en mi piel. todo ardiendo.

Me movía a un ritmo moderado, según lo que me iba pidiendo mi cuerpo.

Él también me guiaba.

Me acerqué a su boca y la lamí. Luego un beso y entonces abrió sus ojos.

-Vas a volverme loco.

Paseé mi mirada por todo su cuerpo y suspiré.

Empecé a notar cómo me subía el orgasmo y nuestra intensidad subió. Apretándome contra él, él haciendo igual y aumentando un poco el ritmo.

Jadeos, gemidos, sudor, súplica.

Me corrí y él seguía duro. Su corazón iba a mil. Le susurré que me diera unos segundos y él me dijo al oído:

-Tranquila, no soy tan mandón como tú, yo tengo control.

Mientras recuperaba el aliento, él movió sus caderas en círculos lentamente.

Volví a moverme y él suspiró.

-Eres suave, caliente, de terciopelo aquí dentro. Me aprietas…. Qué gozada.

Seguí hasta que noté su polla palpitando, gemí y él se ayudaba apretándome contra sí mismo.

-Tu polla soltando leche también es una gozada.

Sonrió abiertamente y nos quedamos un buen rato mirándonos a los ojos.

2 comentarios:

  1. Un momento pleno de intensidad y de placer además. Lo has narrado de manera que se siente o mejor dicho te siento. Besos donde ya sabes.

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