Seguíamos las dos dándoles lengüetazos a
todos por todos lados de sus miembros viriles. Fuimos buenas en esa primera
ronda. Pero seamos sinceras, mayoritariamente lo hacíamos para poder probarlos
a todos. Lo hicimos lentamente para darles tiempo a saber que íbamos a
tocarles, para que pudieran estar preparados.
Me parece que echaron unas 3 partidas
cuando ella y yo nos miramos. Ambas sonreíamos con picardía y le guiñé el ojo.
¡Empezaba la segunda parte!
Nos fuimos al centro de la mesa para que
nadie tuviera nuestras manos en ellos.
- ¿Te ha gustado?-le susurré, con la
boca llena de saliva.
Marta: Tela…
-¿Alguna en particular?
Marta: Ya tengo mezclado los sabores de
todos…-nos miramos y nos reímos.
Alex: Joder, qué miedo.
Beto: Ya te digo, tío. ¿Cómo se
divierten, eh?
Nacho: Venga, reparte. Que hay que
SEGUIR.
Ángel: Ejem, ejem.
Todos: JAJAJA
Marta: ¡Impacientes!
Alex: Eso te voy a decir yo a ti cuando
estés a punto de correrte.
Alex: ¡Au!
-Ooojójó, fueraaa!!!-le dijeron algunos
de ellos-
Alex: ¡Oye, no! ¡Que me ha mordido! Esto
no vale…
Ángel: Venga, sí. No vale.
Manu: Seguimos.
Marta iba a empezar por Alex, pero para
“castigarle” no lo hizo. Fue por Jorge y empezó con fuerza, se notó que respiró
un poco profundo pero supo reaccionar haciendo como que tosía. Con esa
distracción se la agarré con ímpetu a Ángel, para darle tregua y que estuviera
preparado. Sin más rodeé su capullo con mis labios y succioné con fuerza.
Como todos se reían por la “tos” de
Jorge, él lo hizo a modo de desahogar su excitación.
Cuando los chicos pararon, yo también lo
hice. Y Ángel suspiró:
-Joé, qué malas cartas-dijo.
Marta y yo estábamos cambiando de chico
y nos rozamos sin querer.
-Uy, perdona.
-Nada.
Pero me quedé mirándole con descaro los
pezones. Se le señalaban en la camiseta y se intuían tan duros… Se ve que en
algún momento, se puso de nuevo la camiseta y de lo que se deshizo fue del
sujetador. Me relamí inconsciente de lo que hacía. Ella me miraba.
-¡Serás guarra!
-Joder, tía…pero si es que…-jadeé-
-¡Los tuyos también estarán así!
-Mm…no sé yo…
Ella se vino a mí y sin más me subió
camiseta y sujetador, y me agarró las tetas.
De mi boca salió un gemido y me puso más
cachonda cuando me ordenó:
-Míratelas.
Beto: ¿Qué pasa, chica?
Nacho miró por debajo y nos vio de
aquella manera:
-UuU!! Están teniendo rollo bollo!!.
Ángel: ¿Cóoomo?
Yo: Es que ella tiene los pezones tan
duros que… me he quedado mirándola unos segundos. Iba provocando sin sujetador…
Marta: Y yo sólo le he mostrado que los
suyos están iguales.
Beto: Joooder, tías…
Jorge: Vaya, que tenemos aquí a las dos
más lascivas del lugar.
Yo: Bueno, ya vale-me zafé de sus manos-
Marta: ¿Ves? Algún día te lo haré y tú
me rogarás que te deje lamerme.
Un generalizado “YEEEEAH” de los chicos
se escuchó sobre nuestras cabezas.
-Cállate ya. Y come.-Y me metí la polla
de Nacho en la boca. Se la comí con más ganas que ninguna. Estaba muy cachonda.
Me separé de él y me quité sujetador y camiseta. ¡Hala! Me hervía la sangre con
todo aquello.
Beto: ¿Qué es eso?
Nacho: Una de las niñas, que está
desnuda cintura-arriba.
Marta: ¡Será puta!-dijo riéndose-
Beto: Ea, pues ya sabemos quién es.
Los chicos se rieron entre dientes y
Beto añadió un “Y no es la única” con un erotismo que además de desear que me
hablara así mientras le tuviera dentro, me hizo presuponer que Marta se la
mamaba a él ahora.
Cuando me separé de Nacho,
inesperadamente (para él) rocé la parte interna del muslo de Manu, que estaba a
mi izquierda, y él pegó un bote.
-¡¡¡FUERA!!!-le dijeron los demás
riéndose.
Manu: ¡Oye! ¡Que no me estaba comiendo! ¡Sólo
me ha rozado!
Ángel: Ya, claro… ¿¿Chicas??
-¿¿Síiii???-contestamos al unísono.
Ángel: ¿Alguna se la estaba comiendo a
Manu?
Y yo contesté un convincente y seco:
“Sí”.
Manu: Oooh ¡¡¡PERO SERÁS
PUTA!!¡¡MENTIROSAAA!!-se levantó de la mesa y se fue al sofá. Mientras, todos
reían (Nacho con más intensidad). Yo incluida.
-Te vas a enterar, zorra. Te vas
a enterar.
Seguimos con el tema y fueron cayendo
(de verdad) Ángel, Jorge y Alex.
Sólo quedaban dos y a uno se le escapó
un suspiro, que intentó arreglar diciendo:
-Joder, que calor hace, ¿no? ¡Poner el
aire!
Ambos rieron.
Nacho: Descubre tus cartas.
Beto: No, tú primero.
Nacho: Venga, tú, si voy a ganar
igualmente.
Entonces Marta comenzó a masturbarle con
fuerza y a comérsela sonoramente.
Beto: Ohh… ¡¡DIOS!! Vale, tío -tira sus
penosas cartas- tú ganas-
Yo paré y la miré a ella, que estaba
toda excitada, comiéndoselo con ganas. Él la agarró de los pelos sin reparo al
tiempo que jadeaba:
-Pero tú no pares. Joder, no pares… Mmm…
eso es…Voy a…”
Y ella fue la
primera en tragar y saborear leche.
-¡¡TOMA, GANÉÉÉ!! ¡Por partida doble!
Yo se la lamí un poco más porque se
estaba humedeciendo y…mm…me encanta.
Dirigiéndose a mí y mirándome dijo:
“Aunque tú no me lo has puesto nada fácil, ¿¿enh??-le miré y nos mantuvimos la
mirada unos segundos. Él sexualmente complacido, yo con su polla aún en la
boca. Quité la mirada. Me acarició la cabeza con dulzura.
Nacho: Y aquella tiparraca no veas lo
basta que es.
Ángel: Ya te digo, yo ya es que no pude
contenerme más. Que por cierto… ven que ahora es mi turno, ¿te apetece?-dijo
sentado desde el sofá.
Un leve suspiro femenino dijo que sí, y
ella salió de debajo de la mesa para ir, gateando, hasta él.
Yo me separé de Nacho y respiré un
poquito. Además quería salir yo también de debajo de la mesa porque estaba
cansada de estar pendiente de no darme contra algo. Y agachada de aquella
manera. Estiré un poco las piernas sentada en el suelo (aún bajo la mesa) y
cuando me dispuse a salir de allí, antes de darme cuenta, Manu vino hacia mí y
me ayudó a levantarme diciendo un “Ven aquí” que daba a conocer lo cabreado
conmigo que seguía.
Me agarró con decisión del brazo
izquierdo y me llevó a lo largo del pasillo hasta el cuarto de baño. No cerró
la puerta. No era ese el fin. Hizo que me apoyase en el mármol del lavabo,
espalda curvada y exponiendo mi trasero.
Eso sí que es un buen premio porque disimular tanto ante esos estimulos dudo que sea posible. Besos justo allí.
ResponderEliminarJajajaja, ¿tú crees? Quién sabe. Hay hombres que saben guardar el tipo. ¡Es todo un misterio para mí!
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